COMO AUMENTAR LAS DEFENSAS FRENTE AL CORONAVIRUS

Consejos alimenticios para aumentar tu inmunidad

Martes, 18 Febrero, 2020 - 19:13

Todos estamos expuestos a los microorganismos y, sin embargo, unos enfermamos y otros no.

¿Qué es lo que determina la posibilidad de adquirir una infección y enfermar?

Lo que marca la diferencia es la condición o el estado de nuestras células y tejidos, y de nuestra inmunidad todo lo cual marcará el estado biológico y energético de la persona, es decir, el terreno con que se encuentre el microorganismo patógeno.

La inmunidad así, además del número de leucocitos o células blancas de unas analíticas sanguíneas, también depende, desde el punto de vista energético, según la medicina tradicional china, de una pantalla defensiva (Wei Qi) que posee el organismo para impedir la entrada de energía y patógenos externos. Esta pantalla está en función, a su vez, de la energía de que disponga el organismo.

Vitaminas y minerales que participan en el funcionamiento del sistema inmunitario:

Vitamina D 

Para que las células T (glóbulos blancos) del sistema inmune detecten y eliminen patógenos extraños como grupos de bacterias o virus, primero deben 'activarse' y 'transformarse' de células inmunes inactivas e inofensivas en células asesinas preparadas para buscar y destruir dicho patógeno. 

Numerosos estudios concluyen que la vitamina D está involucrada en dicha activación y que las personas con deficiencia de Vitamina D pueden ser susceptibles a la infección. (1) 

Esta vitamina se forma en la piel en respuesta a la exposición a la luz solar, siempre que se produzca eritema, rojez en la piel, tras haber estado un mínimo de 20/30 minutos. La mayoría de los filtros solares impiden su formación. Luego debe activarse correctamente en Hígado y Riñón. También se encuentra en algunos alimentos, como germen de trigo o champiñones. 

En caso de carencia es recomendable su suplementación y adquirir niveles suficientemente altos, siempre bajo supervisión médica

Vitamina A

La vitamina A es un micronutriente crucial para mantener la visión, promover el crecimiento y el desarrollo y proteger la integridad del epitelio y las mucosas en el cuerpo. Está involucrada en el desarrollo del sistema inmune y juega un papel regulador en las respuestas inmunes celulares y los procesos inmunes humorales. (2) Tiene funciones promotoras y reguladoras tanto en el sistema inmune innato como en la inmunidad adaptativa; por lo tanto, ayuda a mejorar la función inmune del organismo y proporcionar una defensa mejorada contra múltiples enfermedades infecciosas. (3)

Se obtiene mediante la dieta. Una suplementación no supervisada puede resultar tóxica.

Fuentes de Vitamina A y/o Betacaroteno, su precursor: verduras de hoja verde, hortalizas como brocolí (sobre todos las hojas), col rizada, calabaza, zanahoria, calabacín, alga nori.

Vitamina E

La vitamina E es un potente antioxidante que protege los ácidos grasos poliinsaturados en la membrana celular (4) y tiene la capacidad de modular las funciones inmunes del organismo. Una deficiencia de vitamina E está asociada a un aumento de las enfermedades infecciosas y la incidencia de tumores. En contraste, un aporte superior tiene varios efectos beneficiosos sobre el sistema inmunitario. La disminución de la inmunidad celular por envejecimiento o durante una enfermedad inmune, mejora notablemente con la ingesta de una dieta alta en vitamina E. (5)

Un estudio reciente determinó que el estrés oxidativo, que puede surgir en situaciones cotidianas como una infección o exposición a la luz UV, hace que las células inmunes sufran el mismo tipo de muerte que las células cancerosas. Altas dosis de Vitamina E pueden contrarrestar dichos efectos oxidativos. (6)

Una dosis razonable puede ser de 200 a 400 UI/día de suplementación.

Los alimentos ricos en vitamina E son: frutos secos (avellanas, almendras y nueces) y semillas y aceite de germen de trigo, nuez o sésamo de primera prensión en frío. También son fuente de vitamina E las hortalizas de hojas verdes, el brocolí y los cereales integrales.

Vitamina C

La vitamina C es un potente antioxidante, inmunomodulador, antimicrobiano y antivírico, que contribuye a la defensa inmune al apoyar diversas funciones celulares del sistema inmune innato y adaptativo. (7) La vitamina C respalda la función de barrera epitelial contra los patógenos y promueve la actividad de eliminación de oxidantes de la piel, lo que potencialmente protege contra el estrés oxidativo ambiental. (8) Pero las concentraciones de vitamina C en el plasma y los leucocitos disminuyen rápidamente durante las infecciones y el estrés, por lo que es recomendable asegurarse siempre buenos valores de esta vitamina. 

Existen abundantes fuentes de vitamina C que podemos incluir en la dieta diariamente, ya que, al ser una vitamina hidrosoluble, no puede ser almacenada en nuestro organismo. Por otra parte, la suplementación de vitamina C es bien tolerada y segura, siempre que la función renal no esté comprometida.

La Vitamina C Liposomada tiene mayor absorción, aumentando su concentración en el sitio donde debe ser absorbida. (9)

La Vitamina C en altas dosis, al ser administrada de forma intravenosa, es más efectiva que la oral, debido a una biodisponibilidad superior. (10) 

Podemos considerar fuente de vitamina C a los siguientes alimentos: fresas, frambuesas, moras y arándanos, verduras y hortalizas frescas, hierbas frescas como perejil y albahaca también contienen altas dosis de Vitamina C.

Zinc

Se trata de un oligoelemento que actúa de forma efectiva en la defensa contra las infecciones, como neumonía, infección aguda del tracto respiratorio inferior o resfriado común. (11)

El zinc juega un papel importante en la diferenciación y proliferación celular, es necesario para el funcionamiento óptimo de la inmunidad innata y adaptativa. Su deficiencia perjudica a la fagocitosis, la actividad de las células T (killers) y la generación de estallidos oxidativos (12), produciendo una alteración de la respuesta inmune y mayor susceptibilidad a las infecciones. (13)

Se recomienda, como fuente de zinc, el consumo de granos integrales: avena, germen de trigo, levadura de cerveza, arroz integral, lentejas, semillas de calabaza, semillas de sésamo, almendras, espinacas, cebolla, algas, té.

La vitamina C y el Zinc trabajan sinérgicamente, ayudando al sistema inmune a combatir las infecciones, reduciendo la gravedad y la duración de las mismas.

 

Una dieta adecuada debe incluir todos estos nutrientes fundamentales, y otros no nombrados en esta breve introducción, pero incluídos en los alimentos recomendados a lo largo de este texto, como selenio, manganeso, magnesio, hierro, flavonoides, etc, para ayudarnos a tener una buenainmunidad. 
La suplementación complementaria también puede ser de gran ayuda en según qué casos.

 

Otras sustancias inmunomoduladoras

Desde hace miles de años se conocen las propiedades inmunoestimulantes de hongos y plantas tales como, por ejemplo:

  • Reishi (Ganoderma lucidum) (14) y Coriolus Versicolus, los cuales contienen polisacáridos biológicamente activos pertenecientes principalmente al grupo de los betaglucanos. Estas sustancias aumentan la respuesta inmune del organismo y actúan sobre la inmunidad. Tienen un efecto antivírico. (15)
  • Astragalus membranaceum es una planta ampliamente utilizada en la Medicina Tradicional China como tónico para mejorar las funciones de defensa natural del cuerpo. Sus compuestos polisacáridos tienen propiedades antiinflamatorias, antivirales y efectos inmunomoduladores. (16) (17)
  • Lapacho (Pau D’arco), se trata de una hierba antioxidante (18), antivírica y antiinflamatoria (19) originaria de America del Sur, que incrementa la defensa celular para luchar contra infecciones

 

Desde el punto de vista de la Nutrición Energética, de las medicinas tradicionales, como la Medicina Tradicional China y la Ayurveda, existen además más plantas con efecto antivírico que pueden ayudar a la inmunidad.

Cuando exista riesgo de infección lo que debemos hacer es dar fuerza y coherencia a los tejidos, darles factores de contracción, y no tomar alimentos que sean de naturaleza extremadamente fríos o expansivos, como endulzantes simples, solanáceas, crudos, fruta, refrescos, zumos de frutas, pasteles, fritos... Asimismo, deberemos evitar que los tejidos se acidifiquen, pues justamente es en los medios ácidos donde los gérmenes pueden proliferar mejor. La mayoría de los alimentos ricos en proteína y grasa animal, como la carne, lácteos, huevo y otros como los azúcares simples y los cereales refinados, producen acidez. (20)

Si hace frío y tomamos productos de naturaleza fría nuestro organismo y en especial la zona pulmonar y digestiva se desvitaliza, con lo que se convierte en terreno abonado para la gripe o las infecciones respiratorias.

Para prevenir y tratar las infecciones deberemos consumir alimentos energizantes, contractivos, alcalinizantes y de naturaleza neutra, tibia o caliente, que tonifiquen la zona abdominal y linfática y el pulmón y drenen los emuntorios o zonas de eliminación —hígado, riñón, intestinos, linfa— y que refuercen la energía del organismo. (21)

Así en general, es recomendable incorporar a la dieta, además de los alimentos ya nombrados, cereales integrales como trigo sarraceno, mijo y arroz integral, legumbres como azukis, lentejas, judías pintas, alubias y soja, y semillas de sésamo, girasol y calabaza. Los frutos secos, menos contractivos que las semillas, deben tomarse en pequeñas cantidades y preferentemente ligeramente tostados, acompañados de cereales. (22)

La ingesta de caldos e infusiones calientes, pueden ayudar a la eliminación de virus termosensibles. 

 

Ume-Sho-Kuzu

El kuzu con ciruela de Umeboshi (Ume-Sho-Kuzu), es un remedio oportuno para reforzar la energía general, digestiva y defensiva, y además alcalinizar la sangre.

El kuzu es un almidón obtenido de la raíz de la planta Pueraria Lobata. Entre sus multiples propiedades, destacamos: revitalizante, antigripal, prebiótico, antiinflamatorio intestinal, analgésico.

Por su parte, la ciruela de Umeboshi, es el fruto del arbol Prunus Nume, secado al sol y fermentado con sal y hojas de shiso, un mínimo de dos años. Tiene propiedad revitalizante, alcalinizante, remineralizante, antialérgica, detoxificante, antianorexico y hepática.

(puedes consultar más recetas en www.nutricionenergetica.com)

 

Puedes ampliar y personalizar como reforzar tu inmunidad mediante consulta médica telemática o vía Skype, llamando al teléfono 93 202 13 35.

 

Referencias

  1. von Essen, M., Kongsbak, M., Schjerling, P. et al. Vitamin D controls T cell antigen receptor signaling and activation of human T cells. Nat Immunol 11, 344–349 (2010). https://doi.org/10.1038/ni.1851
  2. Huang, Zhiyi , et.al. (2018). Role of Vitamin A in the Immune System. Journal of Clinical Medicine. 7. 258. 10.3390/jcm7090258.
  3. Richard D. Semba, Vitamin A, Immunity, and Infection, Clinical Infectious Diseases, Volume 19, Issue 3, September 1994, Pages 489–499, https://doi.org/10.1093/clinids/19.3.489
  4. Lee, G. Y., & Han, S. N. (2018). The Role of Vitamin E in Immunity. Nutrients, 10(11), 1614. https://doi.org/10.3390/nu10111614
  5. Moriguchi S, Muraga M. Vitamin E and immunity. Vitam Horm. 2000;59:305-36. Review. PubMed PMID: 10714244.
  6. Mai Matsushita, et.al.; T cell lipid peroxidation induces ferroptosis and prevents immunity to infection. J Exp Med 6 April 2015; 212 (4): 555–568. doi: https://doi.org/10.1084/jem.20140857
  7. Mousavi S, Bereswill S, Heimesaat MM. Immunomodulatory and Antimicrobial Effects of Vitamin C. Eur J Microbiol Immunol (Bp). 2019;9(3):73–79. Published 2019 Aug 16. doi:10.1556/1886.2019.00016
  8. Carr AC, Maggini S. Vitamin C and Immune Function. Nutrients. 2017;9(11):1211. Published 2017 Nov 3. doi:10.3390/nu9111211
  9. Rogers, J.A., & Anderson K.E. (1998). The potential of liposomes in oral drug delivery. Critical Reviews in Therapeutic Drug Carrier Systems, 15(5), 421–480. 
  10. Davis JL, Paris HL, Beals JW, et al. Liposomal-encapsulated Ascorbic Acid: Influence on Vitamin C Bioavailability and Capacity to Protect Against Ischemia-Reperfusion Injury. Nutr Metab Insights. 2016;9:25–30. Published 2016 Jun 20. doi:10.4137/NMI.S39764
  11. Prasad, A. Zinc: role in immunity, oxidative stress and chronic inflammation. Current Opinion in Clinical Nutrition and Metabolic Care. November 2009 - Volume 12 - Issue 6 - p 646-652, doi: 10.1097/MCO.0b013e3283312956
  12. Wintergerst E, S, Maggini S, Hornig D, H: Immune-Enhancing Role of Vitamin C and Zinc and Effect on Clinical Conditions. Ann Nutr Metab 2006;50:85-94. doi: 10.1159/000090495
  13. Maggini, S., Beveridge, S., & Suter, M. (2012). A Combination of High-Dose Vitamin C plus Zinc for the Common Cold. Journal of International Medical Research, 28–42. Doi: 10.1177/147323001204000104
  14. Zhi-Bin Lin, Cellular and Molecular Mechanisms of Immuno-modulation by Ganoderma lucidum, Journal of Pharmacological Sciences, 2005, Volume 99, Issue 2, Pages 144-153, Released October 18, 2005, Online ISSN 1347-8648, Print ISSN 1347-8613, doi: 10.1254/jphs.
  15. Akramienė, D, et.al. Effects of b-glucans on the immune system. Medicina (Kaunas). 2007;43(8):597-606.
  16. Wang D, et.al. Effects of sulfated lentinan on cellular infectivity of avian infectious bronchitis virus. Carbohydr Polym 2010; 79:461-5.
  17. He, Xiaojuan, et.al. (2011). Immunomodulatory activities of five clinically used Chinese herbal polysaccharides. Journal of Experimental and Integrative Medicine. 2. 1. 10.5455/jeim.211211.rw.004.
  18. Park BS, et.al. Antioxidant activity and characterization of volatile constituents of Taheebo (Tabebuia impetiginosa Martius ex DC). J Agric Food Chem. 2003 Jan 1;51(1):295-300. 
  19. Pinto AV, et.al. Antiviral activity of naphthoquinones. I. Lapachol derivatives against enteroviruses. Rev Latinoam Microbiol. 1987 Jan-Mar;29(1):15-20. 
  20. Campbell TC, Campbell II TM, El estudio de China. Editorial Sirio, 2006.
  21. Pitchford P. Sanando con alimentos integrales. Gaia Ediciones, 2009.
  22. Pérez-Calvo Soler, J. Nutrición energética y salud. Bases para una alimentación con sentido. Editorial Debolsillo. 2014.